No sabría por donde empezar, pero vamos por lo básico: Magma es una banda franchuta que Christian Vander -alma mater, baterista y cantante- pario en 1969. Etiquetar a la banda es una paja total pero se la adjudica haber inventado el sub-genero Zeuhl, para mí su música es más del alma que otra cosa: intrincada, oscura, hermosa, calma, explosiva, como la vida nisman: tiene de todo. No conforme con la expresividad brindada por la lengua francesa, Vander ideo el idioma kobaïano, logrando así un super lime hermoso. Claro que no es música para todo el mundo (en un mundo lleno de Amor, Vander y Frank Zappa tendrían escuelas con sus nombres) pero si uno esta abierto a lo que pueda suceder, puede disfrutar esta maravillosa música.
Cuestión, los monos vinieron por primera vez al país bajo el marco del "The Endless Tour part 3" y nos dieron el placer de escuchar tres canciones. Sí, tres. Mi papá me pregunto si se corto la luz del teatro y le explique que lo primero que tocaron fue la canción "Ëmëhntëhtt-Ré" de su décimo disco homónimo. Así nomas se pasaron los primeros 50 minutos del show, donde la banda demostró que están más en contacto con el todo que cualquiera de los concurrentes en la velada, pero muy amablemente nos cobijaron. Sobre las tablas Vander venia acompañado por Rudy Blas en guitarra, Jérôme Martineau en teclados, Philippe Bussonet en bajo, Benoît Alziary en xilófono, y tres cantantes para el infarto: Isabelle Feuillebois, Hervé Aknin y Stella Vander -esposa del Chris-. Todos dieron una performance impecable; el sonido del xilófono se perdía por momentos pero todo se fue acomodando. Y acá hay que hacer una súper mención: no se puede entender lo que toca y canta Vander, con 69 años encima me costaba entender como podía tocar lo que tocaba. En la lista de bateros que hay que ver antes de morir sí o sí, el nivel de expresión que tiene con su instrumento es para llorar de alegría. De izquierda a derecha: Alziary, Aknin, Blas, Vander, Stella, Bussonet, Feuillebois y Martineau. |
Al cesar, los aplausos eran la mejor música que les podíamos dar. Se fueron y un primitivo canto con el nombre de la banda comenzó a brotar. Stella se apersono y explico algo sobre la próxima canción a ejecutar, -entendí que cuando se compuso jugaban mucho con la improvisación- y se esfumo. Acomodaron cuatro pies al frente para los micrófonos, el primero en aparecer fue Martineau, que acaricio las teclas de su piano para una bella melodía que se complemento con el xilófono de Alziary ya posicionado para la creación del mimo musical. Vander a paso lento se ubico frente a su micrófono y comenzó a entonar las primeras estrofas de "Ehn Deiss", segundo tema del disco Offering 3&4 (banda que creo en el 83' con su mujer y dos monos más). El cierre perfecto: una canción de cuna para vestir al momento de partir. Por suerte y gracias a un alma sensible es posible compartir el mágico momento:
Gracias muchas a El Retorno del gigante por subir esta hermosura.